Día litúrgico: 9 de Noviembre: Dedicación de la Basílica del Laterano en Roma
Texto del Evangelio (Jn 2,13-22): Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado». Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará.
Los judíos entonces le replicaron diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?». Jesús les respondió: «Destruid este templo y en tres días lo levantaré». Los judíos le contestaron: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.
MI PENSAMIENTO
Las palabras no pueden competir con "LA PALABRA".
Si queremos a Jesús, que es la palabra encarnada, podemos entender cómo vivirlo. Jesús es amor por los que sufren: "Los pobres y los que sufren los tendrán siempre contigo" (Mt 26,11), cuidando a una persona enferma, acogiéndole, sirviéndole, sirviendo a Cristo: el enfermo es la carne de Cristo. Jesús es perdón:
(Lc 6:36) "Sé misericordioso como tu Padre es misericordioso. No juzgues y no serás juzgado ... Jesús es fidelidad: podría decir que no puedo soportarlo más, como solemos decir, pero dijo (Lc 22,42) "No es mío, pero se hará tu voluntad"
Al mirar a Jesús, preguntémonos qué haría Él en mi lugar y no pensemos en lo que es más conveniente. Muchos escribas y fariseos se comportan de acuerdo con su interés porque lo permitimos, porque no somos de ayuda cuando nos hacemos cómplices en conversaciones y fechorías.