sabato 28 settembre 2019

Texto del Evangelio (Lc 9,43b-45)



EVANGELIO DE 28/09/2019
Día litúrgico: Sábado XXV del tiempo ordinario

Ver santoral
28 de Septiembre: San Wenceslao, mártir


Texto del Evangelio (Lc 9,43b-45): En aquel tiempo, estando todos maravillados por todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos: «Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.

MI PENSAMIENTO.
Todos estaban cerca de Jesús y admiraban lo que estaba haciendo. Esto me lleva a pensar que los hombres de todos los tiempos buscan signos, están buscando algo que los lleve a creer más allá de sus dudas.
Lo siento, pero tengo que decir que a veces no buscas una señal de Dios, sino una magia.
Sigo viendo, hoy como entonces, solo nuestra incredulidad o nuestro descuido ... pero una verdadera confianza sin preguntar nada más siempre es difícil. ¿Consuelo al saber que este siempre ha sido el caso? Para mi no
me insta a desear una mejor fe no basada en signos o confirmaciones, sino en la palabra de Dios; sobre los hechos concretos que han significado su amor por nosotros.
Pobre Jesús ... es un hombre que tiene miedo, como todos los demás, y esto evidentemente se lee en su rostro, en su paso cansado, porque Marcos, contándonos el mismo episodio, nos dice que los discípulos que lo siguieron tenían miedo y, por lo tanto, no siguieron a un guerrero Jesús. eso los incitó a la batalla, pero un cordero suave que se ofreció como un holocausto a su destino.
No es una manera fácil, porque beber su copa significa pasar por el sufrimiento; Seguir a Jesús no es seguir a un hombre poderoso en la tierra, sino a alguien que ha venido a servir, a ofrecer, a dar todo lo que tenía por nosotros, y lo más valioso es su vida. Todo en Jesús es nuevo, todo tiene un propósito, desde que nació pobre en un establo hasta su mártir moribundo en la cruz, todo porque nos ama, y ​​mientras nosotros los mortales a menudo nos llenamos la boca con palabras de amor, mientras decimos en vano " Daría mi vida por ti ”Jesús realmente la dio.

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