giovedì 17 ottobre 2019

(Lc 10,1-9) La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.



VERSIONE IN SP
AGNOLO DI VENERDI'18 OTTOBRE 2019
EVANGELIO
(Lc 10,1-9) La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
+ Lectura del Evangelio según San Lucas
En ese momento, el Señor designó a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él debía ir. Él les dijo: "La mies es mucha, pero los obreros son pocos! Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies Vaya aquí, los envío como corderos en medio de lobos; sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, y no se detienen a saludar a nadie por el camino. Casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa!". Si hay un hombre de paz, vuestra paz reposará sobre él; de lo contrario volverá a vosotros. Mantenerse en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No se mueva de una casa a la otra. Cuando entren en un pueblo y os reciban, comed lo que se ofrece, sanar a los enfermos que en ella haya, y decidles: ". Está cerca de vosotros el Reino de Dios"
Palabra del Señor



MI PENSAMIENTO
"No te muevas de casa en casa." He leído y reflexionar sobre esta frase que se desprende de las lecturas de hoy, como una advertencia.
Es fácil criticar, pensar en el oportunismo, hacer acusaciones a distintos trabajadores para la cosecha, pero como acogliamo sus palabras?
Entonces me pregunto a mí mismo en primer lugar, porque durante tanto tiempo he evaluado, pesados, criticado y por eso rara vez aceptado.
Me di cuenta de que esa voz que grita en su interior, "¿por qué?" no el mío, pero era la voz de los que no pudieron entregarse a la contaminacíon del mundo.
Dejar todo hoy en día, tiene otro sentido, me obliga a descubrir que hay una parte de nosotros que va con decisión y valentía negada, y que nadie va a ser muy adecuado para trabajar en la viña del Señor, hasta que él ha hecho de sí mismo, aquellos cambios que nos permitan no volver.
Recuerdo con una sonriso cuando algunos, vieron a mi casa como las " la casa de las reglas " con sarcasmo, pero al mismo tiempo llegaban en busca de la paz.
Esta paz no nace sola, hay que trabajar duro y no un poco, para que sea en vivo, para crecer, para evitar que la contaminación del mundo. ¿Cuántos apóstoles, discípulos, sacerdotes, catequistas; los que han hablado al mundo de Dios, trajeron el Evangelio como los santos Cirilo y Metodio, los que dieron sus vidas para hacerlo, pero en Europa la fe católica parece muerta, y es tan difícil de sembrar los valores del Evangelio en un mundo que cree que la libertad es ser capaz de actuar con imprudencia. Hace de mi corazón las " la casa de las reglas" para ganar la paz y ser capaz de dar testimonio de aquellos que la buscan espasmódicamente, porque la fe que el Señor quería darme, no se puede ignorar, sino crecer y producir frutos buenos.

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