lunedì 17 febbraio 2025

 Lectura del santo Evangelio

 según san Marcos 8, 14-21

(Los discípulos) se habían olvidado de tomar panes, y no llevaban consigo en la barca más que un pan. El les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes». Ellos hablaban entre sí que no tenían panes. Dándose cuenta, les dice: «¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada? ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? ¿No os acordáis de cuando partí los cinco panes para los 5.000? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis?» «Doce», le dicen. «Y cuando partí los siete entre los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogisteis?» Le dicen: «Siete».Y continuó: «¿Aún no entendéis?»

MI REFLEXIÓN**

**ORACIÓN**

Oh Dios, que has prometido estar presente en aquellos que te aman y con corazón sincero y recto cuidan de tu palabra, nos haces dignos de convertirnos en tu hogar permanente.

Una vez más vemos a Jesús, discutiendo, esta vez con los discípulos. Ellos simplemente se habían trasladado en barco desde la tierra de los fariseos, quienes criticaban su obra sin entender la importancia de sus palabras. Jesús no solo estaba decepcionado con los fariseos, sino también con sus propios discípulos; su desilusión se convertía en casi rabia. Ellos, que habían visto con sus propios ojos los milagros, ¿cómo podían no entender que seguir al Mesías significaba abandonar lo terrenal y humano que hay en nosotros? ¿Cómo podían temer el hambre confiando en el Señor? ¿Cómo podían preocuparse por el mal si confiaban en Dios?

Santiago nos recuerda no caer en la tentación, porque la tentación no viene de Dios y, por tanto, debe ser evitada de todas formas. Todo lo que viene de Dios es perfecto. ¿Por qué nos preocupamos por lo que dicen los hombres? ¿Por qué no nos desviamos de todo y seguimos su palabra? ¿Somos como los fariseos? ¿Nos comportamos como paganos? ¿Qué valoramos más, nuestra salvación o las riquezas terrenales? ¿Dónde está nuestra fe? ¿En quién confiamos? Aunque Dios nos ha dado muchas evidencias de su presencia, seguimos siendo sordos, ciegos y con corazones endurecidos. Vivimos para las cosas materiales, descuidando la espiritualidad del alma, escondiéndonos detrás de excusas.

Perdónanos, Señor, por no vivir únicamente para ti y tu palabra. Que en este tiempo de Cuaresma podamos entrar en verdadera comunión contigo, alimentándonos del pan espiritual y distribuyéndolo a los demás.

Que nuestra relación contigo sea efectiva y verdadera, que podamos convertirnos en creyentes en Espíritu y Verdad. Oh Señor, guía nuestro corazón, alma y mente hacia ti, no permitas que nos perdamos en promesas ilusorias.

Mi tono en esta reflexión no quiere ser pedante, sino indignado, porque es la impresión que me dio este pasaje. Jesús hablaba, pero no lo escuchaban; volvieron a hablar con él, presentando excusas, y él respondió con una serie de preguntas, como quien está a punto de explotar por la frustración. Sus palabras aún nos alcanzan a nosotros, que nos llamamos cristianos, creyentes, bautizados. ¡Cuánta paciencia debes tener con nosotros, Señor! No lo merecemos, y todo lo que tenemos, incluso la poca fe de la que nos jactamos, es gracias a tu gracia


Nessun commento:

Posta un commento